No conoces a una mujer...
Por tener intimidad con ella, mucho menos por verla desnuda, nunca la conocerás si te empeñas en hacerla gozar solo en el sexo.
Conoces a una mujer cuando te dedicas a observar cada detalle de ella, a escucharle aún y cuándo a veces no necesariamente tengas que estar de acuerdo, pero estás ahi y eso es valorable.
A una mujer la conoces cuando llora, la recargas en tu pecho y se siente protegida, cuando sonríe y compartes sus alegrías, cuando encarcelas sus enojos y demonios con tu comprensión.
Conoces a una mujer, al explorar su cuerpo y memorizar entre tus manos, cada parte de su piel, que sabes que le provocaran placer.
A una mujer la conoces, no sólo al verla desnuda, sino al tocar cada rincón de su alma, y pintarla de colores, para que se atesoren en sus memorias.
No veas a una mujer con la mirada, sino con los ojos del corazón, esos nunca mienten, encontrarás en ella primero el alma, y cuando estes allí, creémelo sabrás lo que es amar.
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